Desde siempre, el aspecto compone un factor importante en el armado psicosocial de cada uno. Y, aun cuando el interior de la persona es lo más válido, igualmente hay que registrar que la apariencia rige bastante. Actualmente, y con el apoyo de la medicina estética, es posible cambiar o mejorar el exterior y alcanzar mayor bienestar y seguridad personal.

Sentirnos bien no está en manos de una supuesta corrección estética regida muchas veces por mandatos culturales. No obstante, del dicho al hecho hay pasos y puede resultar algo complejo en medio de tanta saturación de imágenes de falsa perfección que llevan a exigirse demás en busca de una belleza imposible. Para muchos especialistas en el tema, Dra. Polonsky, se trata hoy de un tema más integral que rompe el estándar y que incluye también lo emocional y busca el equilibrio. Después de todo, verse mejor por fuera ayuda a ganar autoestima y reforzar lo que ya somos haciéndonos sentir bien.

Síntoma de que las cosas comienzan a modificarse, el universo beauty se aboca ahora a trabajar holísticamente para reforzar todos los pilares de la persona, de modo saludable, teniendo claro que cualquier valoración que hagamos de nosotros mismos debe ir más allá del aspecto.

Bienestar por dentro y por fuera: el complemento de la medicina estética

Los tratamientos disponibles en centros como medicina estética en Caballito, vienen a potenciar el bienestar de las personas. Es decir, no son el rival. No es necesario dejar de someterse a tratamientos que hacen bien o apartar cosméticos y cremas. Se trata más bien de utilizar estos recursos para incrementar la propia belleza y no para ir más allá de lo que se es. Esto es lo que los profesionales aseguran que ayuda a sentirse mejor tanto por dentro como por fuera: elevar la belleza personal sube la mirada positiva que se tiene de uno mismo y mejora la percepción individual de las propias capacidades, o sea, robustece la personalidad y seguridad.

El físico, entonces, tiene igualmente un rol vital en las relaciones con los otros, en la autoestima y en el bienestar general. Cuidar de este y atenderlo para ganar satisfacción personal sin llegar a obsesionarse, parece una vez más la clave.

Así, la medicina estética puede ayudar a potenciar el estado anímico de los pacientes que llegan hasta la consulta. 

Es por medio de nuestro físico que llegamos a revelar quienes somos, siendo este un espejo del ser.

Esto consigue que los tratamientos y el sector tenga mejor aceptación hoy, dado que se centran más en fomentar el atractivo de cada uno y no en buscar un tipo de belleza que suene a imposible. Es decir, los retoques y mejoras pasan más por sentirse mejor con la propia identidad y el empoderamiento y no con tratar de cambiarla desde el lado superficial.

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